SUPERVISIÓN 21

ISSN 1886-5895

Vol. 33 No. 33 (2014): Nº 33 – JULIO 2014
ARTÍCULOS

EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS EMOCIONALES: IMPLICACIONES PARA LA SUPERVISIÓN EDUCATIVA.

Published 2022-02-27

How to Cite

BM.ª SALOMÉ CASTAÑO GARRIDO. (2022). EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS EMOCIONALES: IMPLICACIONES PARA LA SUPERVISIÓN EDUCATIVA. Supervisión 21, 33(33). Retrieved from https://usie.es/supervision21/index.php/Sp21/article/view/34

Abstract

  • AUTORA: BM.ª SALOMÉ CASTAÑO GARRIDO. INSPECTORA DE EDUCACIÓN.
RESUMEN

El reconocimiento del importante papel que juega el desarrollo de las competencias emocionales en el aprendizaje y en la educación de las nuevas generaciones dicta la necesidad de prestar a este asunto la atención requerida, no solo a nivel del alumnado y del profesorado, sino también, de todos aquellos profesionales implicados en el ejercicio real del derecho a una educación de calidad para todos y entre los cuales, los inspectores de educación ocupan un destacado lugar. En consonancia con ello, en el presente artículo se subraya el valor que tiene el desarrollo de las competencias emocionales como premisa para un mejor cumplimiento de las funciones de la supervisión educativa, en concreto, para la generación de espacios de intercambio, el perfeccionamiento de las intervenciones en los centros y la atención a las reclamaciones.

INTRODUCCIÓN

La publicación del libro de Daniel Goleman (1995) “Inteligencia emocional” constituye un importante punto de referencia a la hora de abordar diferentes aspectos del desarrollo educativo en la actualidad, en particular, los relacionados con la necesidad de lograr que el mismo alcance un verdadero carácter integral.
En ese contexto se afianza una nueva comprensión de la naturaleza de la inteligencia y se revela, con mayor claridad, la importancia de la inteligencia emocional, cuyo reconocimiento se hace cada vez más evidente en el discurso pedagógico, si bien su concreción en la práctica educativa todavía no alcanza el nivel requerido.
En esa situación influyen diferentes factores, que en el ámbito escolar Obiols (2005) relaciona, entre otros, con la existencia de importantes lagunas emocionales en el alumnado motivadas, en muchos casos, por la falta de tiempo de sus padres para ocuparse de su educación, a lo que se une la acción de determinados factores sociales que actúan estimulando el consumo desmesurado y fomentando la violencia y la agresividad.
Ante estas realidades, la escuela está llamada a reforzar su labor educativa, por lo que se hace necesario favorecer el cambio en el rol del profesorado, que definitivamente ha de pasar, de su función tradicional, vinculada expresamente con la instrucción y la transmisión de los conocimientos, a un papel más determinante como educador y orientador del alumnado.
Pero el alcance de las exigencias y retos que el planteamiento de la inteligencia emocional presupone no se limita a los marcos físicos de la institución educativa, al contrario, debe abarcar a todos aquellos que de una u otra manera intervienen en esa realidad y en ese sentido, no es posible omitir la labor del supervisor educativo.